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Contrariamente a lo que se suponía con anterioridad, parece que los síntomas del trastorno por déficit de atención e hiperactividad (en adelante TDAH) no desaparecen al inicio de la vida adulta, sino que se mantienen en un elevado porcentaje de los casos: la baja tolerancia a la frustración, arrebatos emocionales, terquedad, relaciones conflictivas, pueden ser síntomas que en el adulto simulen un trastorno de personalidad pero que pueden ser síntomas residuales de un TDAH, asimismo también la dificultad para participar en actividades sedentarias, así como a la evitación de pasatiempos con pocas oportunidades para el movimiento espontaneo, desorganización en sus funciones ejecutivas, inquietud, bajos logros académicos y profesionales, inestabilidad en sus relaciones afectivas o implicación frecuente en conductas de riesgo.

El TDAH tiene que ser diagnosticado tempranamente y tener presente que no es un trastorno solamente de los niños, es una patología que inicia en la niñez y  puede extenderse en el tiempo y que también necesita ser tratado.

Hay una evidente relación bastante estudiada entre el TDAH y el consumo de sustancias y también con adicciones no químicas, de ahí la importancia de diagnosticar tempranamente este trastorno ya que es un predictor de drogodependencias. El TDAH aumenta el riesgo de un trastorno por uso de sustancias independientemente de otra comorbilidad psiquiátrica. También el TDAH es un predictor de un comienzo muy precoz del abuso de sustancias en adolescentes y un alto porcentaje de los pacientes en tratamiento por un trastorno por uso de sustancias pueden haber padecido un TDAH en la infancia y adolescencia. Poco se conoce de su relación causal, aunque también se postula la teoría de la automedicación de síntomas.

En sujetos consumidores de cocaína como en los alcoholistas, existe  un alto porcentaje presentan criterios DSM-IV compatibles con un TDAH.  Asimismo la marihuana es la sustancia ilegal más consumida por adolescentes con TDAH. En  modelos animales de TDAH la utilización de cafeína atenúa los déficits cognitivos, y se postula que la cocaína también.  Al ser un estimulantes, los sujetos podrían intentar automedicarse su TDAH con el abuso de estas sustancias . El juego patológico, una adicción no química que más se  relaciona­  con el TDAH ya que su presentación en el infante podría predisponer a la aparición de un trastorno por juego patológico al llegar en la vida adulta.

Muchos de los síntomas de la enfermedad se controlan con el uso de medicamentos cuya necesidad puede ser prolongada por meses o años, sin que esto signifique adicción.

La aplicación de este tratamiento  basado principalmente en psicoestimulantes ha planteado controversias como por ejemplo de si este tratamiento previene de alguna forma el consumo posterior de sustancias .

El TDAH una patología psiquiátrica muy compleja , inclusive para su diagnóstico , especialmente si es en un  adulto, y que evidentemente,  existe una relación entre TDAH y adicciones, por lo cual el TDAH es un factor predictor de riesgo de adicciones en general , es entonces importante  fomentar el diagnóstico temprano de esta patología como un proyecto de prevención de adicciones , y también promover el tratamiento farmacológico del mismo siempre y cuando las condiciones se presten para un control adecuado.

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