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                                                                                                                                                                                                     Las mujeres presentan más frecuentemente trastornos de ansiedad que los hombres. Tanto el trastorno de pánico , como en  el trastorno de ansiedad generalizada y el estrés postraumático son  de 2 a 3 veces más frecuentes en la mujer, así como también en menor medida, , tienen más frecuencia en la población femenina el trastorno obsesivo compulsivo y la fobia social.

Las razones para esta frecuencia más elevada están en discusión y de inicio se habla de una mayor vulnerabilidad genética, pero también se están considerando los cambios hormonales que se dan en el ciclo vital de la mujer. La fluctuación en el nivel de hormonas como estrógenos y progesterona tienen un papel muy importante en el humor y la psiquis femenina en general.

Los estrógenos facilitan la transmisión nerviosa , elevan el humor, y tienen un efecto modulador y protector de las conexiones del sistema nervioso, y por lo tanto mejoran la acción de los medicamentos contra la ansiedad por ejemplo los antidepresivos.  Se ha comprobado que en la menopausia y postmenopausia debido a la disminución de la cantidad de estrógenos hay mayor reacción al estrés y mayor riesgo cardiovascular.

La progesterona  que es la hormona más importante del embarazo, en cambio , inhibe la trasmisión nerviosa y  tiene una acción contra la ansiedad similar a fármacos como el clonazepam, que es un ansiolítico,  por lo cual , en algunos casos disminuyen los síntomas de un trastorno ansioso en el embarazo, pero se suele presentar por otro lado , un ánimo inestable y  fragilidad afectiva durante el transcurso del mismo.

Además en mujeres con trastornos psiquiátricos de base, los cambios hormonales influyen en la evolución y la expresión de los mismos. Por ejemplo, en los días previos a la menstruación (el premenstruo) y en la postmenopausia, es mucho más frecuente síntomas de ansiedad y alteraciones del humor,  además de acentuarse mucho más los rasgos de personalidad.  Todo esto se debe a una disminución de estrógenos y progesterona.

El trastorno de pánico, se suele agravar en el premenstruo, y no es infrecuente que los síntomas de crisis de pánico inicien o se agraven en el climaterio, menopausia, o postmenopausia.  En cambio , durante el embarazo ,los ataques de pánico lo más común es que disminuyan o desaparezcan debido a la gran cantidad de progesterona circulante, y como decíamos anteriormente , ésta actúa como un ansiolítico natural.  En el postparto en cambio suele haber reaparición de la sintomatología ansiosa, que puede ser incluso más grave, debido a toda la responsabilidad que implica ser madre y el estrés que esto puede acarrear.

También durante el embarazo pueden aparecer síntomas del trastorno por estrés postraumático, quizá vinculado  con antecedentes de abuso sexual o traumas de la niñez, o violación con embarazo. Aun sin una historia de un trauma anterior, algunas mujeres pueden comenzar con síntomas de este trastorno en el embarazo ya que pueden experimentar el  mismo como una situación traumática.

 

La valoración y tratamiento de los trastornos de ansiedad en la mujer deberían incluir una evaluación de aquellos aspectos de la enfermedad de la paciente que son específicamente femeninos. Estos aspectos específicos del género son indudablemente el resultado de diferencias genéticas, diferencias endocrinológicas y factores estresantes psicosociales que tienden a afectar más a las mujeres que a los hombres. Si se tienen en cuenta los momentos críticos de la vida como el embarazo, postparto, climaterio o menopausia en los que es más probable que una mujer experimente un trastorno psiquiátrico, el médico puede intervenir y prevenir recaídas.

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